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¿Cómo evade la variante delta al sistema inmunitario?

Una sola dosis de Pfizer o AstraZeneca fue poco o nada eficaz contra las variantes beta y delta, según un estudio publicado en Nature basado en datos de Israel y el Reino Unido. Sin embargo, una dosis de la vacuna sigue siendo suficiente para prevenir la hospitalización o la muerte por el virus.

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Ilustración: Kipu Visual

Según un nuevo estudio publicado el jueves en Nature, la variante delta puede evadir los anticuerpos que atacan ciertas partes del virus. Los hallazgos ayudan a explicar por qué las vacunas son menos eficaces contra esta mutación coronavirus, en comparación con otras variantes.

Se cree que delta, identificada por primera vez en India, es un 60 por ciento más contagiosa que la versión alfa del virus que asoló al Reino Unido y gran parte de Europa a principios de este año y quizá el doble de contagiosa que el coronavirus original. La variante delta está provocando brotes entre poblaciones no vacunadas en países como Malasia, Portugal, Indonesia y Australia.

Esta variante ahora es la que predomina en Estados Unidos. Las infecciones en el país se han estabilizado en sus niveles más bajos desde el inicio de la pandemia, aunque puede que estén en aumento. Aun así, las hospitalizaciones y las muertes relacionadas con el virus han seguido disminuyendo de manera importante. Esto se debe en parte a las tasas de vacunación relativamente elevadas: el 48 por ciento de los estadounidenses ya recibieron todas las dosis de la vacuna y el 55 por ciento, al menos una.

Sin embargo, el nuevo estudio descubrió que la variante delta apenas respondía a una dosis de la vacuna, lo que confirma investigaciones anteriores que sugerían que la variante puede burlar hasta cierto punto el sistema inmunitario, aunque menos que la beta, la variante del coronavirus identificada por primera vez en Sudáfrica.

Los investigadores franceses analizaron la eficacia de los anticuerpos producidos por la infección natural y por las vacunas contra el coronavirus para neutralizar las variantes alfa, beta y delta, así como una variante de referencia similar a la versión original del virus.

Los investigadores analizaron muestras de sangre de 103 personas que se contagiaron de coronavirus. El estudio descubrió que la variante delta era mucho menos sensible que la alfa en las muestras de personas no vacunadas de este grupo.

Una dosis de la vacuna aumentó de manera considerable la sensibilidad, lo que sugiere que las personas que se han recuperado de la COVID-19 todavía necesitan vacunarse para defenderse de algunas variantes.

El equipo también analizó muestras de 59 personas después de haber recibido la primera y la segunda dosis de las vacunas de AstraZeneca o Pfizer-BioNTech.

Solo en el 10 por ciento de las muestras de sangre de las personas inmunizadas con una dosis de las vacunas de AstraZeneca o Pfizer-BioNTech se observó la capacidad de neutralizar las variantes delta y beta en experimentos de laboratorio. Sin embargo, una segunda dosis elevó esa cifra al 95 por ciento. No hubo grandes diferencias en los niveles de anticuerpos que generan las dos vacunas.

Los investigadores concluyeron que: “Una sola dosis de Pfizer o AstraZeneca fue poco o nada eficaz contra las variantes beta y delta”. En términos generales, los datos de Israel y el Reino Unido sustentan este hallazgo, aunque esos estudios sugieren que una dosis de la vacuna sigue siendo suficiente para prevenir la hospitalización o la muerte por el virus.

Según el nuevo estudio, la variante delta tampoco respondió al bamlanivimab, el anticuerpo monoclonal fabricado por Eli Lilly. Por fortuna, otros tres anticuerpos monoclonales probados en el estudio mantuvieron su eficacia contra la variante.

En abril, en vista del aumento de variantes resistentes al bamlanivimab, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) revocó la autorización de su uso de emergencia como tratamiento único para pacientes con COVID-19.

Por otra parte, Pfizer anunció el jueves que estaba desarrollando una versión de su vacuna en específico contra la variante delta y que esperaba iniciar los ensayos clínicos en agosto.

Esta farmacéutica también informó del buen resultado de los estudios realizados con personas que recibieron una tercera dosis de la vacuna original. Una dosis de refuerzo administrada seis meses después de la segunda dosis aumenta entre cinco y diez veces la potencia de los anticuerpos contra el virus original y la variante beta, señaló la empresa en un comunicado de prensa.

Pfizer informó que los niveles de anticuerpos pueden disminuir seis meses después de la inmunización y pueden necesitarse dosis de refuerzo para protegerse contra las variantes. No obstante, los anticuerpos no son la única parte de la respuesta inmunitaria del organismo y otros estudios han sugerido que es probable que la inmunidad inducida por la vacunación completa se mantenga fuerte durante años, incluso contra las variantes.

© 2021 The New York Times Company

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