Detrás de los problemas con drogas de muchas mujeres, hay historias de violencias y conflictos emocionales que las llevaron a depender de ellas. Pocas aún buscan ayuda o tardan en pedirla por miedo al estigma. En Perú, los 248 centros de salud mental comunitaria han abierto unidades de prevención y control de adicciones donde más de cuatro mil personas reciben tratamiento, pero aún hace falta que se adapten a las necesidades de las usuarias.