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Incluir la vacuna contra el VPH en el calendario de vacunación es equidad en salud

Tenemos las herramientas para convertir el cáncer de cuello uterino en un problema de salud pública del pasado, pero debemos asegurarnos de que lleguen a cada niña y mujer en toda la región. Aquí planteo algunos desafíos.

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Foto: Freepik

El cáncer de cuello uterino es una enfermedad devastadora e implacable, y también desigual. De las 40.000 mujeres en las Américas que mueren de la enfermedad cada año, más del 80% viven en América Latina y el Caribe, con más casos en países y comunidades con menos recursos.

Gracias a algunos descubrimientos científicos cruciales en las últimas décadas, ahora tenemos herramientas altamente efectivas, como las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que previenen casi todos los casos, y nuevas opciones de exámenes y tratamiento, que nos acercan más que nunca a la eliminación del cáncer de cuello uterino. Sin embargo, las mujeres en América Latina y el Caribe están sufriendo y muriendo de cáncer de cuello uterino solo porque no tienen acceso a estas herramientas. Esta terrible injusticia debe ser enfrentada.

Tenemos las herramientas para convertir el cáncer de cuello uterino en una abominación del pasado, pero debemos asegurarnos de que lleguen a cada niña y mujer en toda la región, un objetivo que confío que podemos lograr con un enfoque renovado en tres desafíos principales.

1. Los países deben entender mejor las disparidades en el acceso a innovaciones que salvan vidas

Las vacunas contra el VPH son altamente efectivas, pero el acceso en toda la región sigue siendo sorprendentemente desigual. En 2022, casi 1 de cada 4 niñas en las Américas no recibió la protección que ofrecen las vacunas contra el VPH para salvar vidas. Además, se registraron grandes disparidades en la cobertura entre los países. Algunos países, como Argentina y Ecuador, informaron tasas de vacunación muy por encima del 90%, mientras que otros aún no han alcanzado una cobertura del 50%.

Estas disparidades no solo están presentes entre los países, sino también dentro de ellos. En Brasil, por ejemplo, las herramientas de prevención y tratamiento son más difíciles de acceder en áreas remotas en comparación con las capitales. Como resultado, la carga del cáncer de cuello uterino es mucho mayor en regiones con menos recursos, con algunas tasas de incidencia que se encuentran entre las más altas del mundo.

En toda la región, las jóvenes están perdiendo sus vidas, las familias se están desmoronando y las economías están siendo afectadas porque estas disparidades han sido ignoradas durante mucho tiempo. Un análisis más detallado de las desigualdades en el acceso a la atención revela la necesidad urgente de que los países desarrollen enfoques innovadores para llegar a las mujeres y niñas más vulnerables.

2. Los países necesitan estrategias claras e innovadoras para expandir la cobertura de herramientas que salvan vidas en toda la región

Una de las mejores estrategias a disposición para hacer esto es el cronograma de vacunación en dosis única. En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó nuevas orientaciones críticas de que una dosis de la vacuna contra el VPH es comparable en eficacia a dos o tres dosis en la población más joven, lo que permite que los países protejan a más niñas con menos obstáculos logísticos y con costo reducido.

La región de América Latina y el Caribe ha sido líder mundial en la implementación de esta estrategia. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se convirtió en la primera oficina regional de la OMS en respaldar el régimen en 2023 y, desde entonces, ocho países han cambiado las orientaciones para vacunar en una dosis en sus programas nacionales de inmunización. Nuestra mejor oportunidad de proteger a todas las niñas y lograr la eliminación es que más países sigan este ejemplo.

Aumentar el acceso a exámenes para el diagnóstico del cáncer de cuello uterino también es fundamental para detectar la enfermedad tempranamente. La prueba de VPH de alto rendimiento fue recomendada por la OMS el año pasado como una manera más simple y económica de tamizar que los métodos comunes como el Papanicolaou. El tamizaje oportuno y preciso del cáncer de cuello uterino salva vidas, especialmente aquellas no protegidas por las vacunas, pero el acceso sigue siendo limitado en algunas regiones. Si más países se comprometen a implementar la prueba de VPH a nivel nacional, más mujeres tendrán oportunidad de sobrevivir a la enfermedad.

3. Los líderes deben asumir su responsabilidad y hacer su parte para hacer realidad la eliminación del cáncer de cuello uterino

El mundo ha llegado a un punto de inflexión en la lucha contra el cáncer de cuello uterino; por eso necesitamos compromisos políticos y financieros sólidos de líderes de todos los sectores, incluidos gobiernos, inversionistas, profesionales de la salud, sociedad civil y otros, para lograr nuestro objetivo. También necesitamos una comunicación clara de nuestros líderes para ayudar a disipar la desinformación y concepciones erróneas sobre las vacunas contra el VPH y el cáncer de cuello uterino que representan una seria amenaza para la eliminación en América Latina y el Caribe.

Como defensores de la salud, tenemos la responsabilidad de exigir de nuestros líderes.

En mayo del año pasado, ayudé a lanzar la Declaración Global para Eliminar el Cáncer de Cuello Uterino junto a doce destacados expertos en salud pública, científicos y médicos. La iniciativa pide una acción urgente para acabar con el cáncer de cuello uterino a nivel mundial, mejorando el acceso a vacunas, exámenes y tratamiento. Desde entonces, ha recibido el apoyo de más de 20.500 defensores de la salud en 151 países, incluidos algunos líderes globales, como el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, el Director de la OPS, Dr. Jarbas Barbosa de Silva, y otros.

Esta semana, casi un año después del lanzamiento de la Declaración, los líderes globales se reunieron en Cartagena de Indias, Colombia, para el Foro Global inaugural para Eliminar el Cáncer de Cuello Uterino. Este fue un momento crucial para que los países y otras partes interesadas cumplan con sus compromisos de abordar las desigualdades, combatir la desinformación y poner al mundo en el camino de la eliminación, convirtiendo estos compromisos en acción.

La eliminación está a nuestro alcance, tanto en América Latina y el Caribe como a nivel mundial. Trabajando juntos, podemos hacer historia en la lucha contra el cáncer al viabilizar un mundo donde ninguna madre, hija, hermana o amiga pierda la vida por el cáncer de cuello uterino.

Luisa Lina Villa. Jefa del Laboratorio de Innovación en Cáncer del Centro de Investigación Traslacional en Oncología del ICESP.

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