El líder indígena Jacob Espinar exige al Estado peruano una respuesta urgente al derrame de petróleo que contaminó el río Pastaza en octubre de 2024. Seis meses después, las comunidades achuar siguen expuestas a enfermedades, sin acceso a agua limpia ni atención médica básica. “Si esto hubiera pasado en Lima, ya estaría resuelto”, afirma.